30.3.13

Bullying + Mobbing = Pow!


Suena como la rima infantil.  Eeny, meeny, miny, moe.  Pero desgraciadamente está muy alejado de ser un inofensivo canturreo.   Estas palabras cada día están más presentes en nuestro quehacer rutinario.  El bullying se ha aceptado oficialmente como una práctica degenerativa que se está haciendo más habitual. Desgraciadamente.  
El mobbing también.

El bullying se define como molestar o intimidar.  El mobbing se define, dentro del concepto de los seres humanos, como el molestar o intimidar
a un individuo, dentro de un “círculo”,  por un grupo. No importa el ambiente.  Este puede ser el entorno  laboral, escolar, o familiar.

La palabra mobbing se deriva del verbo inglés “to mob” que traducido al español significa: atacar con violencia.  Konrad Lorenz, en su libro  de 1966, titulado “On Agression” (Sobre la Agresión), introduce el término mobbing como una conducta de las aves y los animales en el ejercicio
de la supervivencia.  Según Lorenz, los seres humanos exhiben  ‘este comportamiento por impulsos  innatos que quedan bajo el control racional’.  ¿Es la lucha por la supervivencia profesional, cuando se da
en el ambiente de trabajo?



Heinz Leyman en 1986  presenta la expresión mobbing profesional,  
como el uso de la violencia psicológica por supervisores o compañeros
de trabajo sobre un individuo por tiempo prolongado.


Acepté cuan letal es esta práctica cuando vi la película The Girl
(HBO, 2012) basada en la situación de hostigamiento y acoso que
 sufrió la actriz y modelo Tippi Hendren  por el director Alfred Hitchcock.  
Esta comenzó cuando ambos filmaban la película
Los Pájaros (The Birds, 1963).


Ahora  comprendí  realmente  The Birds.  Esta es una de mis
películas favoritas de  “Hitch”.  Con este diminutivo le gustaba
que lo llamarán.


Hasta ese momento yo adoraba a Hitchcock.  Era uno de mis ídolos  
de siempre.  Una de sus particularidades era que en algún momento
él “aparecería”  en su película.  Ya fuera en una foto
(Dial M for Murder, 1954), cruzando frente a un auto, mezclado
entre la gente (Psycho, 1960).  Veía sus películas una y otra
vez para poder descubrir sus tretas para resaltar la atención en
pequeños detalles. 

 

Detalles que se pierden en una producción de  grandes proporciones. 
Hitch era brillante, sagaz, taimado y muy cruel.

Mi  concepción original de “Los Pájaros”, era que éstos “cansados” de
los abusos del “hombre”, a su libertad, decidieron tomar la
 “justicia por sus alas” y comenzaron a “hacer valer” sus derechos. 
La película es un mobbing constante.  Todo tipo de aves atacando
continuamente a los seres humanos.

The Girl, también es un mobbing persistente.  Pero de Hitch y
ayudado a veces por su círculo de colaboradores hacia
Tippi Hendren.

Ella, antes de esta película, no me era indiferente, era que no me
simpatizaba.  Para mí por lo único que sobresalía, era porque es
 la suegra de Antonio Banderas.   La mamá de Melanie Griffith. 

Ver lo que tuvo que tolerar, incluso  el abuso físico, cuando la
obligaron durante cuatro días a filmar la famosa escena del ataque
directo de los pájaros a su persona,… con aves reales.  Casi pierde
los ojos.  La humillación y degradación que tuvo que sufrir, la realzó
ante los míos y que me atrevo  a suponer, que ante los ojos de
 todos los  que ven esta película, que obtuvo varias nominaciones
en los recientes Golden Globe Awards.




Hitchcock había perpetrado  a la perfección los conceptos de
Leyman y de Lorenz.



He visto ambas películas recientemente y más de una vez. 
Me han hecho reflexionar y analizar… cuantas veces estamos
o participamos en un círculo de  mobbing.



El bullying está de moda en el campo de la investigación social. 
Tan reciente como unas semanas atrás, una joven “colgó” en su
página de una red social, un video donde le propinaba una carga
 de golpes a otra estudiante en la escuela donde ambas asistían. 
Pienso que lo que más la movió a hacerlo fue  
“sus  15 minutos de fama”’… como diría Andy Warhol. También
demostrar su supremacía al defender su “territorio”.  

Bullying + Mobbing = Pow!

Ya sea bullying o mobbing, llevamos la misma semilla adentro,
pues es un instinto animal nato.  Al encontrarnos  en el tope del
reino, está en nuestra misma naturaleza saberlo vencer, anteponiendo
más que con la inteligencia superior, con  la sabiduría y la madurez.




27.3.13

¡Ya no soy Brittolera!


Era la primera vez que lo oía.  De hecho pensé que había oído mal. No entendí que tenía que ver la “fritanga” con la moda.  Porque lo que creí oír, fue: ¡Ya no soy fritolera!

Esto me sucedió con una de mis  “niñas’’, que asiste al mismo gimnasio que yo.  La denomino así cariñosamente, porque aunque es toda una señorita, para mí siempre son niñas… por la diferencia en edad…

 La situación se da de la siguiente forma.  Me encontraba hablando con una amiga y la veo salir con un bulto de brillo.  Soy como los indios, los niños  y los gatos…el brillo me atrae.  

Mientras se acomodaba en su automóvil, le expresé lo que me gustaba su bulto.  Ella me dio las gracias muy amablemente e inmediatamente me soltó  y a la defensiva, “pero  ¡Ya no soy Brittolera!”.

Ahí es que me detengo a mirar e identifico, que bajo el brillo, estaba el tan reconocido, inconfundible y trillado estampado del pintor y escultor brasileño, Romero Britto.
Confieso en este momento, que nunca me ha llamado la atención tener una pieza de la colección Britto.  Primero los estampados no son mi “first choice” en prendas de vestir. No me favorecen.  Segundo si son muy llamativos, me repelen y hasta me causan mal humor.  Y si a esto se le suma que “lo lleva todo el mundo” causa definitiva para un “DO NOT” en mi guardarropa.  Como diría mi sobrina y dicho heredado de mi madre…”es un tos-tenemos”.

 

Cuando el máximo apogeo de la Brittomania,  pasé un tiempo considerable desconociendo la procedencia del fenómeno, que estaba hasta en pegatinas para autos.  Me enteré casualmente de que, el desorden de color e imágenes fusionadas, las llamaban Britto. Fue gracias a un chico que hizo una animación con paso de comedia en una actividad de un campamento de verano.  Yo tan “Fahionista” desconocía quién era Britto y menos aún percibía, el afán de la gente por tener “un Britto”… aunque fuera un “impostor” o más claro, una fiel copia del autentico al estilo de Chinatown.


Citando a Alex Díaz, la Brittomania se había convertido en  “algo viral como el Harlem Shake” (alexdiazad, 2013).  Este extraordinario video-bloguero en el post titulado Concursos de Belleza, hace referencia a este “boom”, presentando la sugerencia de que  el traje típico de Miss Puerto Rico, debería incluir una cartera Britto, entre otras peculiaridades de la mujer contemporánea boricua.  Esto es una evidencia basada en la práctica de lo que significa ser una “Brittolera”.


Volviendo al impacto por la revelación de mi niña con rostro de “chica Botticelli” y nombre invertido de rey bíblico, el fenómeno de cargar en todos lados el “sello distintivo” de un artista gráfico, no es exclusivo, de nuestros tiempos. 


La vida es un círculo.  Lo he escrito anteriormente en este blog.

En los 60, lo fue Piet Mondrian, un pintor vanguardista holandés.   Tal y  como ha  sucedió con Britto, el estilo Mondrian estaba en todo,… trajes, zapatos y botas, automóviles, etc.  Yves Saint Laurent lo había introducido en su colección del 1965.  Todavía el estilo prevalece. Ahora se considera clásico.


Recuerdo en la revista Vanidades, que era una especie de biblia femenina en “mi casa” y que mensualmente no podía faltar junto a las semanales Vea y Teve Guía, cuando presentaba y reseñaba el “Mondrian Style”.




Fueron muchas las páginas y fotografías que vi de artículos sobre el pintor y su impacto en la moda.  Las grandes estrellas, figuras públicas  y las primeras supermodelos tenían que exhibir un “Mondrian” OBLIGATORIAMENTE.


Al contrario de Britto y su uso excesivo del color y lo sobrecargado de las imágenes de influencia cubista, Mondrian, tiraba líneas o franjas de colores primarios sobre fondo blanco principalmente.  Esto es abstracción geométrica o mejor conocido como, arte abstracto.  Así comencé a tener contacto con lo que sería mi futura vocación académica (Las Brujas: la "Santa" Inquisición contra el Feminismo)




Igual que con Britto,  nunca he tenido  “un Mondrian”.


 Las botas go-go  y los “trajes sacos” eran las prendas de vestir favoritas de la chica ye-ye al estilo Mondrian.  ¿Cómo las llamarían hoy en día? ¿Mondriana o Mondrialera