15.5.12

Shangri-La: ¿1933 o 2012?




 La primera vez que oí la palabra Shangri-La, fue de los labios de mi madre.  Quedé seducida por ella. Es musical. La música siempre ha corrido por mis venas.  Creo que en ellas hay más música que sangre.  ¡Shangri-La! Mi madre sabía el efecto que había causado en mí.  Me contó de un relato que leyó en el Reader’s Digest, (que en su versión en español, titularon “Selecciones”). En esta publicación tan de moda en los años 40 y 50, apareció, una historia de un avión que se accidenta en lo más profundo de la selva y como los sobrevivientes hacen el recorrido de vuelta a la civilización.  Uno de los puntos más impactantes del relato, para mí,  era como la única mujer del grupo se tuvo que desprender de su largo cabello, que adoraba, porque este se enredaba entre la maleza, le imposibilitaba avanzar y por lo tanto “salvarse”.  Los protagonistas de esta historia al contar su odisea, compararon su aventura con la que el escritor británico, James Hilton, plasma en la más famosa de sus novelas: Horizontes Perdidos (1933)
1933, año del principio de La Gran Depresión: la crisis económica...y más adelante, la Segunda Guerra Mundial y Adolfo Hitler. 
En 1973,  descubrí la novela, por una versión musical que hizo Hollywood.
1973, año de una década turbulenta: La guerra de Vietnam,  la masacre de los atletas israelíes en las  Olimpiadas de Munich, golpes de estados, prácticamente a diario, el escándalo Watergate,  la muerte de  Elvis Presley y la separación de Los Beatles. 
Un panorama desolador y negativo en ambas ocasiones. 
Horizontes Perdidos relata cómo un grupo de individuos de diversas clases y personalidades coinciden en un avión que se extravía en el Himalaya.  En su afán por sobrevivir llegan al valle escondido de Shangri-La.  El paraíso utópico de la sociedad perfecta donde impera la armonía espiritual. La felicidad es permanente y los moradores, de este valle de la abundancia,  se acercan a la inmortalidad y son “perfectamente hermosos” por dentro y por fuera.
Para épocas de una nefasta, cruel y real depresión y por qué no, convulsión, la trama es idealmente escapista.
Si la música es mi “líquido vital”, la lectura es mi “alimento”.  Esta novela y sobre todo la película de 1973, (en 1937, se hizo la primera versión fílmica de la novela, dirigida por el director, Frank Capra), se convirtieron en parte de mi decálogo existencial. Aprendí cada una de las canciones que componían la banda sonora, canciones que todavía canto y analizo, una y otra vez.  Desde ese momento, incorporé complementos orientales a mi estilo personal.  Siempre he querido tener los ojos rasgados de los asiáticos.  Y más que nada, he deseado formar parte de la “comunidad eternamente perfecta y feliz” de Shangri-La. …¿Quién, no?...
Una vez más, estamos viviendo una Gran Depresión. Cuando las mujeres de mi familia contaban, sus historias, como parte del elenco trágico de los 30 , siempre puntualizaban en: “Tienes suerte de haber nacido en esta época".  Y yo, ingenua, me lo creí.
Una de las canciones de la banda sonora de Lost Horizon (1973) se titula: “The World is Circle”. Y su primera estrofa dice:
The world is a circle without a beginning
And nobody knows where it really ends
Everything depends on where you
Are in the circle that never begins
Nobody knows where the circle ends
Traducción:
El mundo es un círculo sin principio
Y nadie sabe dónde termina
Todo depende de dónde tú
Estás  en el círculo que nunca comienza
Nadie sabe dónde  el círculo termina
 Y son estas líneas, precisamente, las que han vuelto a traer a  a mi memoria,  el fenómeno Shangri-La.
En esta Gran Depresión de los 30, se ha fundido la vorágine  de la Década de los 70: los precios elevados de las materias primas, la sobrevalorización de los productos de consumo, la alteración  en el orden alimentario y la dependencia energética, la inflación aumentando la crisis crediticia e hipotecaria. A todo esto se le suma el terrorismo prácticamente en la puerta de tu casa, y la violencia rampante a cualquier hora o lugar. Y ésta ya no discrimina.
Buscamos desesperadamente nuestro valle de “felicidad eterna”. A como de lugar.  Repetimos la historia de la mujer que tuvo que “sacrificar” su pelo  para poder sobrevivir, solo que ahora, estamos sacrificando los sentimientos, los valores,  la instrucción y la disciplina y muchas veces desperdiciando algo tan valioso como la vida misma.
La canción dice: el mundo es un círculo, y así como pasó en 1933 y en 1973, sabemos que este mal momento se superará y regresará la prosperidad.  Les contaremos a nuestros descendientes sobre la gran depresión postmoderna. Y Shangri-La continuará existiendo por siempre escondido en cada uno de nosotros, aunque no lo conozcamos por su nombre.  Pero entonces es nuestra obligación conservar y preservar los fundamentos vitales, para alcanzar la “perfección” de sus habitantes, sin perder la individualidad.

Recomendamos: 
Lost Horizon by James Hilton (Full Text by Project Gutenberg of Australia) 

2 comentarios:

  1. Me encantó el escrito,su mensaje y reflexión. Una gran escritora, pensadora y mejor ser humano plasmando la realidad que vemos y que no suele ser aceptada. Es admirable. Te felicito.

    Angel

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